Apuntes para una pieza teatral imaginaria
INTERIOR. NOCHE.
458 japonesas vestidas de Hello Kittie bailan puestas de MDMA mientras llueve purpurina de color dorado sobre ellas.
Proyectado en pantalla aparece el siguiente texto:
Hola.
Soy La Señorita Blanco.
Y esto es La Gran Belleza.
La Gran Belleza es el título de una película de Paolo Sorrentino estrenada el año 2013.
Supongo que la habéis visto. Cuando se estrenó todo Cristo hablaba de ella y había que verla para no sentirse marginado.
La peli empieza con una cita de Celine:
400 japonesas vestidas de Hello Kittie y puestas de MDMA hacen dos “Castells”, de 10×20, mientras las 58 japonesas vestidas de Hello Kittie y puestas de MDMA restantes tocan la gralla. Todo es muy raro y muy catalán a la vez.
Las japonesas que hacen de “enxanetes”, que son las personas que se colocan arriba del todo en la torre y que, como tienen que pesar muy poco, son dos japonesas enanas, despliegan una pancarta gigante que cita:
«Viajar es útil, ejercita la imaginación. Todo lo demás es desilusión y fatiga. Nuestro viaje es enteramente imaginario. Ahí reside su fuerza. Va de la vida a la muerte. Personas, animales, ciudades y cosas, todo es inventado. Es una novela, nada más que una historia ficticia. Lo dice Littre, él no se equivoca nunca. Y además, cualquiera puede hacer otro tanto. Basta cerrar los ojos. Está en la otra parte de la vida»
La pancarta cae al suelo y desaparece reptando.
EXTERIOR. DÍA.
Una manada de gacelas levanta una nube de polvo gigante mientras corre a toda hostia huyendo de cuatro leonas hambrientas. 1511 pájaros levantan el vuelo asustados por el ruido de las gacelas. 3 jirafas corren en dirección opuesta.
Una niña negra, de unos 2 años, observa la escena.
Niña negra:
La peli va de un tipo de 65 años: Jep Gambardella.
Gambardella se gana la vida como periodista, pero cuando era joven escribió una novela que tuvo mucho éxito.
En la peli, la melancolía y la poética de la imagen, contrasta con unos personajes bastante superficiales.
Con mucha pasta, eso sí.
Pero bastante superficiales.
La peli tiene algo escondido.
EXTERIOR. NOCHE.
Lluvia de Perseidas un día de julio de 2018. 13 amigos vomitan después de haber bebido Ayahuasca. Un indio viejo y con cara de mala leche canta algo que no se entiende.
El humo de una hoguera dibuja el siguiente texto:
La peli lo que te está contando es la mente del protagonista.
La agonía del protagonista y su búsqueda del reencuentro con la belleza del mundo, que en ese momento él no ve por ninguna parte.
El tío está el 85% de la peli rodeado de personas, pero yo personalmente creo que se siente solo. El tío tiene la intuición de que cuando muera, lo hará solo.
INTERIOR. NOCHE.
En los Teatros del Canal. Angélica Lidell acaba de terminar la última función de la última parte de su Trilogía del Infinito. La pieza se llama ¿Qué haré yo con esta espada? .
Angélica está jodidamente cansada y lo único que quiere es irse a su casa y estar allí sola unos cuantos días. No quiere ver a nadie. Las ocho niñas rubias que salen en ¿Qué haré yo con esta espada? le dicen a Angélica: “te vamos a echar de menos”. A lo que Angélica responde: “dejaos de gilipolleces”.
Cuando llega a casa, Angélica escribe:
A mí no me gustaría morirme sola. De hecho no me gustaría morirme. Ya sé que es una gilipollez pensar que, a lo mejor, entre todas las personas que habitan este planeta, a mí no me va a tocar morirme. Porqué morirnos, nos vamos a morir todos. Eso es así.
Lo que sí quiero de verdad es morirme rápido. No me gustaría sufrir demasiado. Porque aunque dicen que el sufrimiento dignifica y te hace ser más y mejor persona, a mí todo eso me parece una mierda de discurso para convencernos de no sé qué otras mierdas de discursos mientras tú lo que estás pensando, cuando estás sufriendo, digo, es en porqué el dolor no para de una puta vez.

Dramaturga:
La Señorita Blanco.Biografía:
La Señorita Blanco nació en Barcelona hace 40 años y 79 días. Aunque nació en Barcelona es medio del sur de España. Su madre dice que ya de niña tenía mucha imaginación, que le gustaba inventarse historias y hablar sola. La Señorita Blanco tiene mucha curiosidad por las cosas pequeñas, por los detalles, las hojas en lugar de los árboles, las colillas y los chicles pegados en las aceras, las grietas en la pared, las grietas en las personas, los sonidos casi imperceptibles, las cosas que contienen otras cosas y los documentales sobre músicos muertos. A la Señorita Blanco le gusta hablar de cosas sencillas que se complican un poco, le gustan las historias pequeñas de las personas. La Señorita Blanco tiene muchas ganas de enseñar lo que hace. La Señorita Blanco es una tía bastante maja. La Señorita Blanco sabe que no va a cambiar el mundo, pero eso ya no le importa demasiado. A La Señorita Blanco le importa que el público se emocione y reflexione, aunque sea un poco, con su trabajo.
EXTERIOR DÍA.
Hace un frío del carajo y huele a mierda. 27 osos polares intentan atrapar peces subidos encima del único trozo de hielo que queda en el Ártico mientras 40 marineros rusos subidos en un barco de color gris, muy feo, se ríen de ellos.
Yo le cuento a un colega:
Mi amigo Raffaele a veces me hace jugar a un juego:
¿Qué prefieres?
¿Comerte un puré de caspa o un bocadillo de mierda?
¿Morirte ahogada en el mar o enterrada viva?
Y a mí me da vergüenza decirle que yo no me quiero morir, que me cago encima cuando lo pienso y que ya sé que cuando eres adulto se supone que lo tienes que tener superado y que queda muy bien decir: “yo no le tengo miedo a la muerte”. Otra mierda de discurso.
EXTERIOR. DÍA.
Los 27 osos polares se están comiendo a los 40 marineros rusos y ahora son ellos los que se están descojonando. El barco feo de los marineros se hunde mientras lo poco que queda de ellos flota en el mar del Ártico que se llena de sangre y de piel humana y los osos nadan manchados de sangre y descojonados de la risa porque además de comerse a los marineros se están bebiendo todo el vodka que había en el barco y tienen un pedo muy gracioso y muy salvaje a la vez.
Angélica Lidell y yo lo miramos todo desde una distancia prudencial porque no queremos que los osos nos devoren a nosotras también y nos reímos como ellos aunque nosotras no hemos probado el vodka porque los licores destilados nos sientan como el culo. Nos reímos porque entre 40 marineros rusos y 27 osos polares siempre vamos a elegir a los osos y porque estamos fantaseando con la idea de que por fin los animales se rebelen contra los hombres como en el libro de Orwell pero más a lo bestia y desaparezcamos todos de una puta vez de la faz de la tierra.
Angélica (mirándome):
El caso es que todos nos estamos muriendo desde que nacemos. Quizás en este momento hay alguien que muere ante nosotros y no nos estamos dando ni cuenta.
EXTERIOR. DÍA.
Mientras Angélica y yo nos descojonamos cada vez más, uno de los 27 osos, el que tiene la boca más ensangrentada, se quita la cabeza. Nosotras flipamos mucho porque no hemos bebido nada de vodka ni otras mierdas, ni estamos drogadas ni nada por el estilo. Pero lo que vemos es lo siguiente: el oso se quita la cabeza y bajo ella aparece la cabeza de un señor muy mayor, tan mayor que debería estar muerto pero no lo está.
El señor habla en inglés, pero nosotras hemos estudiado en la Escuela Oficial de Idiomas y entendemos que dice lo siguiente:
Jep Gambardella:
“Termina siempre así, con la muerte. Pero antes, hubo vida. Escondido debajo el bla, bla, bla, bla. Y todo sedimentado bajo los murmullos y el ruido. El silencio y el sentimiento, la emoción y el miedo. Los demacrados, caprichosos destellos de belleza. Y luego la desgraciada miseria y el hombre miserable. Todo sepultado bajo la cubierta de la vergüenza de estar en el mundo. Bla, bla, bla, bla. Más allá, está el más allá. Yo no me ocupo del más allá. Por tanto, que esta novela dé comienzo. En el fondo, es sólo un truco. Sí, es sólo un truco”
EXTERIOR. NOCHE.
El último glaciar del Ártico se hunde y desaparece en el fondo del mar.
FIN