La lectura es un ritual personal e íntimo, de alguna forma intransferible, desarrollado de infinitas formas. Es un hábito que puede darse sentado o tumbado, un momento de reflexión y una experiencia individual que, sin embargo, es expansiva. La lectura se abre a una dimensión totalmente nueva al ser compartida. La historia de los clubs de lectura es nuestra historia: tu historia y mi historia, la historia de ratones de biblioteca que NECESITAN compartir lo que han leído. Cada lector guarda en su interior los secretos desvelados por los libros y, como animales sociales que somos, cuando una lectura nos remueve, nos incomoda, nos transforma o nos consume, necesitamos compartirla.




Lo que comenzó como un privilegio en los salones literarios de la alta sociedad, ahora es un espacio de fácil acceso y cada vez más popular. Los clubes de lectura de hoy en día se crean como reflejo de esas tertulias literarias de los siglos XVI a XIX, como la de la Fonda de San Sebastián, fundada por Nicolás Fernández de Moratín, pero con una voluntad más inclusiva y universal. Virginia Woolf decía que el triunfo del Círculo de Bloomsbury, grupo del que había sido impulsora en 1907, se debía a “haber definido una visión de la vida que no era para nada corrupta o siniestra o meramente intelectual”. El Club de Lectura de La gran belleza parte de nuestra base fundacional: promover la lectura. Es un grupo abierto y heterogéneo pero con una visión común de búsqueda de la belleza y la convicción del poder revolucionario de la lectura. Leer cambia vidas y expande realidades.
La lectura se sostiene en una gran dicotomía social vs. individual, de los beneficios de la lectura para el autodesarrollo, el autoconocimiento y el “yo”, a la necesidad de una literatura socialmente comprometida y que hable y despierte el compromiso colectivo. Así, los clubs de lectura están íntimamente ligados a las reivindicaciones sobre los derechos de las mujeres. Tradicionalmente las mujeres estaban excluidas de los círculos intelectuales, académicos y artísticos, y reunirse en una habitación trasera de una librería a la luz de las velas para hablar de lecturas y reivindicar su derecho a la educación se convirtió en un acto revolucionario. En La gran belleza ponemos un gran énfasis en autoras contemporáneas que ofrecen una nueva visión, una apertura a nuevos temas y caminos literarios enriquecedores. Por último, buscamos y proponemos obras contemporáneas que ofrecen visiones novedosas sobre problemas colectivos y que invitan a una reflexión para el cambio.